Autismo y problemas del sueño: la necesidad de un enfoque conductual.

El coronavirus ha alterado nuestra forma de dormir. Entre estos problemas se incluyen: dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos, insomnio o mayor somnolencia durante el día. Esta situación ha afectado también a muchas personas diagnosticadas de Trastorno del Espectro Austista.

En situaciones normales, según Goldam (Goldman y col., 2012) aproximadamente 50 – 80% de los padres de niños con TEA refieren problemas de sueño. Además, los factores que contribuyen a los problemas difieren según la edad. Los niños más grandes o adolescentes, presentan insomnio con inicio del sueño tardío y menor duración del sueño con consecuente somnolencia diurna. Los más pequeños en cambio, presentan más resistencia a la hora de acostarse, ansiedad por dormir, parasomnias y despertares nocturnos. A pesar de que la insomina es el problema más común,  pueden presentarse con menor frecuencia otros problemas de sueño como; el sonambulismo, dolores de cabeza matutinos, llanto durante el sueño, apnea y pesadillas (Williams, Sears y Allard, 2004).

Cabe enfatizar el hecho de que los problemas de sueño persisten durante la adolescencia en los TEA con diferencias en los tipos de problemas experimentados. Por lo tanto, es necesario abordar los comportramientos del sueño no sólo en los niños pequeños sinó también a lo largo de la edad. (Goldman y col., 2012)

Sin embargo los problemas en el sueño se manifiestan en cada individuo con autismo de una manera diferente y por lo tanto, las intervenciones son siempre individualizadas. Estos problemas también  afectan, indirectamente a los padres, hermanos, pareja u otros cuidadores. En consecuencia, las dificultades a la hora de dormir pueden empeorar la calidad de vida familiar así como la sintomatología del autismo. Se pueden notar efectos perjudiciales en los procesos cognitivos, la atención, la memoria, el lenguaje y la regulación del estado de ánimo y del comportamiento. (Andrade L., 2013).

Sin duda, muchos de estos problemas del sueño pueden deberse a una variedad de causas; problemas mèdicos como reflujo o trastornos intestinales, infecciones de oído; trastornos del desarrollo coexistentes como el TDAH; enfermedades crónicas como el asma o la epilepsia; efectos secundarios de alguna medicación; episodios o trastornos de ansiedad o depresión o incluso la sensibilidad sensorial a los ruidos, tacto, etc. (Reynolds y Malow 2011).

Recientemente una nueva investigación dirigida por la Universidad de Washington, ha observado que los problemas de sueño en los primeros 12 meses de un bebé pueden no solo preceder a un diagnóstico de autismo, sino que también pueden estar asociados con una trayectoria de crecimiento alterada en el hipocampo. (Katherine E. y col., 2020).

Pero, ¿y las causa conductuales relacionadas con los problemas del sueño?

Las causas conductuales en los problemas del sueño se han enfatizado menos y suelen ser las más comunes en los niños y adolescentes con autismo. Se observa que los síntomas nucleares asociados con el autismo, es decir los déficits conductuales y sociocomunicativos, pueden impedir el establecimiento de comportamientos y rutinas consistentes a la hora de acostarse.

En la práctica clínica encontramos familias de personas con TEA que informan de dificultades importantes en la regualció emocional, ante una situación estresante los niños/adolescentes pueden no saber relajarse. Otras famílias, reportan que la adherencia a las rutinas o comportamientos repetitivos dificultan la transición de actividades preferidas o estimulantes a los momentos de ir a dormir.

Otro aspecto importante, y que forma parte de la sintomatologia del autismo, son las dificultades en la comunicación (expresiva y comprensiva) y la interacción social. Así pues, a las personas con autismo les puede ser difícil comprender cuándo, cómo y por qué deben ir a la cama. Del mismo modo les puede resultar complejo, o no pueden, exponer a sus familiares las motivaciones por las cuáles sus conductas o sensaciones no son favorables para conciliar el sueño o para superar los demás problemas que puedan presentarse durante la noche.

Por último, enfatizar el hecho de cómo los padres responden y manejan estos comportamientos en el hogar.  El modo en qué los cuidadores reaccionan ante estas conductas puede reduir o aumetar los problemas del sueño.

Así pues, teniendo en cuenta que existen causas conductuales que afectan el sueño, cabe preguntarse… ¿qué eficacia tienen las intervenciones conductuales para mejorarlo?

La eficacia de las intervenciones conductuales para solucionar los problemas del sueño se ha demostrado en muchos estudios. Estas intervenciones son técnicas/estrategias basadas en la ciencia de la conducta (enfoque comportamental), que se llevan a cabo junto con la psicoeducación y el apoyo a los padres para que adquieran conocimientos sobre la aplicación de estas en el entorno natural. Es por ello que antes de empezar cualquier tipo de intervención conductual con el objetivo de mejorar la higiene del sueño, será necesario realizar una evaluación del estrés parental (si sus hijos no duermen, ellos en consecuencia tampoco. El cansancio y el estrés no les ayudará a poder poner en marcha las intervenciones de forma adecuada). Por este motivo, cada una de las técnicas siguientes deberán introducirse, de forma progresiva, considerando no sólo el contexto familiar sino también, la situación emocional.

Técnicas/estrategias basadas en la terapia conductual:

  • Rutinas a la hora de acostarse
  • Programas de extinción
  • Desvanecimiento a la hora de acostarse
  • Restricciones del sueño y siestas organizadas de forma estratégica
  • Refuerzo positivo

Cabe destacar que al inicio de cualquier terapia, es necesario realizar entrevistas, cuestionarios y registros para analizar las causas y el origen de los problemas del sueño y descartar posibles condiciones médicas. De todos modos, se ha demostrado que la gran mayoría de los trastornos del sueño en los niños/adolescentes se manejan con éxito con la terapia conductual. La medicación debe considerarse cuando las intervenciones conductuales, implementadas de forma adecuada, no hayan sido efectivas, y siempre deben combinarse con la terapia conductual (Owens JA, y col., 2005) y mediante la colaboración de un equipo multidisciplinar.


EN LOS PRÓXIMOS DÍAS OS PROPORCIONARÉ RECOMENDACIONES BASADAS EN LAS TÉCNICAS/ESTRATEGIAS ANTERIORMENTE COMENTADAS, PARA MEJORAR LOS PROBLEMAS DEL SUEÑO DE VUESTROS HIJOS EN CASA.

Bibliografía:

Andrade L., Relacion entre problemas habituales del sueño con deficit atencional y trastornos conductuales en niños. Revista Médica Clínica Las Condes (2013). Volumen 24. Issue 3 Pages 494-500.

Angriman M, Caravale B, Novelli L, Ferri R, Bruni O. Sleep in children with neurodevelopmental disabilities. Neuropediatrics (2015); 46: 199-210.

Corkum P, Davidson F, Tan MacNeill K, Weiss S. Sleep in children with neurodevelopmental disorders: A focus on insomnia in children with AD/HD and ASD. Sleep Medicine Clinics (2014); 9: 149-68.

Goldman, S.E., Richdale, A.L., Clemons, T. et al. Parental Sleep Concerns in Autism Spectrum Disorders: Variations from Childhood to Adolescence. J Autism Dev Disord  (2012) 42, 531–538.

Idiazábal-Alecha MA, Aliagas-Martínez S. Sueño en los trastornos del neurodesarrollo. Rev Neurol (2009); 48 (Supl. 2): S13-6

Katherine E. MacDuffie, Mark D. Shen, Stephen R. Dager, Martin A. Styner, Sun Hyung Kim, Sarah Paterson, Juhi Pandey, Tanya St. John, Jed T. Elison, Jason J. Wolff, Meghan R. Swanson, Kelly N. Botteron, Lonnie Zwaigenbaum, Joseph Piven, Annette M. Estes. Sleep Onset Problems and Subcortical Development in Infants Later Diagnosed With Autism Spectrum Disorder. American Journal of Psychiatry, (2020); appi.ajp.2019.1

Malow BA, Adkins KW, Reynolds A, et al. Parent-based sleep education for children with autism spectrum disorders. J Autism Dev Disord. (2014); 44(1):216–228

Owens JA, Babcock D, Blumer J, et al. The use of pharmacotherapy in the treatment of pediatric insomnia in primary care: rational approaches. A consensus meeting summary. J Clin Sleep Med (2005); 1:49.

Van Straten A, van der Zweerde T, Kleiboer A, Cuijpers P, Morin CM, Lancee J. Cognitive and behavioral therapies in the treatment of insomnia: a metaanalysis. Sleep Med Rev. (2018); 38:3–16

Williams Buckley, Ashura ; Hirtz, Deborah, et al.Practice guideline : Treatment for insomnia and disrupted sleep behavior in children and adolescents with autism spectrum disorder: Report of the Guideline Development, Dissemination, and Implementation Subcommittee of the American Academy of Neurology. In: Neurology. (2020) ; Vol. 94, No. 9. pp. 392-404.

Williams, Sears y Allard. Sleep problems in children with autism.  J. Sleep Res. (2004) 13, 265–268

Webs:

http://www.researchautism.net/issues/1/sleep-and-autism/interventions

https://www.autism.org.uk/about/health/sleep.aspx

https://raisingchildren.net.au/autism/health-daily-care/sleep/sleep-problems-children-with-asd

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